¡LeBron James está de celebración! Uno de los mejores jugadores de todos los tiempos cumple hoy 35 años. En una edad en la que muchos jugadores ponen fin a sus carreras o se encuentran en pleno ocaso de las mismas, el alero de los Lakers sigue presumiendo de un estado físico sensacional y una longevidad envidiable fruto de una exigencia casi enfermiza consigo mismo.
Pocos jugadores han sabido adaptar su cuerpo a la gran transformación que ha sufrido la NBA en la última década de la forma en la que él lo ha hecho. Cada temporada, el de Akron ha añadido nuevos recursos a su juego y reciclado otros para seguir dominando la competición, en un proceso de evolución que se ha mantenido intacto y constante hasta nuestros días. De la primera versión de LeBron, netamente ofensiva, vertical y agresiva, hasta la última, la más solidaria con sus compañeros y economizadora con sus esfuerzos. Todo ello sin abandonar aspectos que también ha pulido, desarrollado y transformado, como la defensa, el bote o el lanzamiento exterior.
A sus espaldas, más de 33.000 puntos, cuatro premios al MVP, tres campeonatos de la NBA y quince participaciones en el All-Star Game que condensan un palmarés construido sobre su apasionado afán de ser cada día mejor y de mirar de tú a tú a las grandes figuras de la historia. Un reto que, pase lo que pase de aquí en adelante, ha superado con creces. Las puertas del Monte Olimpo del baloncesto hacen tiempo que se abrieron ante él.
Así, el motivo del debate de hoy, aprovechando su trigésimo-quinto cumpleaños, es el siguiente: ¿con cuál de todas sus versiones te quedas? Tranquilo, que te echaré una mano con un pequeño análisis a modo de repaso de su fructífera carrera.
Primera etapa en Cleveland
LeBron aterrizó en la NBA con 18 años, preparado para triunfar desde el primer partido. Ya era una estrella en el momento de su debut, conformando un fenómeno sin parangón desde la irrupción de Michael Jordan.
En sus primeros años era un perfil aún por definir capaz de ocupar cualquier posición del juego exterior, aunque cumplía normalmente la función de escolta, principalmente en su campaña rookie. Curiosamente, sus inmensas cualidades –unido a la desaparición de las posiciones ‘naturales’ que define el baloncesto norteamericano actual– amplificarían esta incapacidad de delimitar su rol con el paso de los años, siendo capaz de ocupar, y defender, cualquier posición de la cancha.
Por aquel entonces, su portento físico lo hacía muy peligroso en transición y en el uno contra uno, atacando el aro con asiduidad y dando muestras ya de su potencial como defensor y pasador. Poco a poco, fue instalándose en la posición de alero e iría mejorando su técnica. Mantendría su agresividad y verticalidad para atacar el aro, pero también para doblar y generar oportunidades para sus compañeros.
En los últimos años de su primera etapa en Ohio, LeBron también añadió el juego al poste y terminaría por ratificarse como defensor de élite en la NBA, siendo incluido dos veces en el Mejor Quinteto Defensivo. Pese a no lograr el campeonato –caería eliminado en las Finales de 2007–, lograría sus dos primeros premios al MVP de la temporada con la camiseta de los Cavs
Eclosión y madurez en Miami
Tras las constantes decepciones en Cleveland, LeBron James llevó su talento a South Beach para formar su propio ‘Big Three’ junto a sus colegas Dwyane Wade y Chris Bosh. Estos años en Miami corresponden con los de su verdadero prime en la NBA.
Durante cuatro años, LeBron fue realmente imparable. Pero imparable de verdad. En ataque, demoledor. En defensa de lo mejorcito de la liga, llegando a sonar con verdadera fuerza para recibir el premio al Defensive Player of the Year. Su producción anotadora apenas disminuyó pese a compartir pista con otros de los dos mejores jugadores de la competición, quienes se nutrieron, a su vez, de su inteligencia y capacidad de generar juego.
Y lo más importante: sus otros dos trofeos al mejor jugador de la temporada llegarían de la mano con sus dos primeros campeonatos tras la final perdida en 2007 y la dolorosa derrota en 2011 ante los Mavericks de Dirk Nowitzki. Para muchos, fueron los aficionados de Miami los que disfrutaron del mejor LeBron.
Retorno del hijo pródigo
La dolorosa derrota sufrida ante San Antonio en las Finales de 2014 puso fin a la estancia de LeBron en Florida. Los fantasmas de su controvertido ‘The Decision’ todavía merodeaban sobre su figura, así que decidió matar dos pájaros de un tiro y regresar a Cleveland, donde fue recibido como un héroe.
¿Con qué LeBron se encontraron los aficionados de los Cavs? Pues con uno muy distinto al que habían conocido por primera vez en 2003. Tras doce años de carrera profesional, muchos jugadores comienzan a disminuir su producción pero él no hacía más que crecer. Y nuevamente, no estaría solo: Kevin Love y Kyrie Irving serían sus escuderos de lujo. Irving todavía estaba arrancando en la NBA, así que LeBron añadió nuevos recursos a su repertorio para hacerse cargo de la dirección y organización del juego del equipo. Una versión de sí mismo más cercana a la del base puro, sin llegar a serlo de todo. Posiblemente pudimos disfrutar de su faceta más creativa. Por primera vez en su carrera superó las nueve asistencias de promedio y el triple se convirtió en un recurso cada vez más habitual y eficaz.
Y lo más importante: regaló a los Cavs el primer campeonato de su historia. Aunque por el camino hincó la rodilla hasta en tres ocasiones ante los mejores Warriors de todos los tiempos. Además, siguió siendo un habitual en el Mejor Quinteto de la NBA y en el All-Star Game, pero su dosificación, principalmente en labores defensivas, empezó a ser más latente.
Renovación solidaria en Los Ángeles
En el calor de California el modus operandi de LeBron no está siendo otro que el de racionar sus esfuerzos. No por incapacidad de mantener el ritmo sino por el propio conocimiento del juego y de su cuerpo. Más necesario que nunca ahora que también han comenzado a azotarle las lesiones. El alero está liderando la NBA en asistencias y por primera vez en su carrera supera los diez pases de canasta por partido. ¿Motivos? Nunca había jugado tanto de base como hasta ahora –según datos de Basketball Reference, un 55% de sus minutos– y no es hasta la entrada de Rajon Rondo cuando delega sus funciones como organizador.
De hecho, LeBron vive actualmente en el perímetro pese a que es habitual verle atacando o cortando hacia canasta. Con la presencia en la plantilla de Anthony Davis, Dwight Howard y JaVale McGee, el equipo no precisa de su aporte interior, lo que le ha permitido anotar más triples que nunca (2,2 por encuentro).
Queremos saber tu opinión
Espero haber podido sintetizar toda la información necesaria en estos apartados. Unos datos que no recogen un valor igual de importante que las estadísticas: las sensaciones y el apartado emocional y subjetivo. Así que te pregunto, querido lector, para tí, ¿cuál ha sido la mejor versión de LeBron en la NBA?, ¿la descarada y subversiva de sus primeros años?, ¿la máquina imparable de Miami?, ¿o su faceta más solidario en los Lakers?
Estamos encantados de poder conocer tu postura al respecto. Déjanos tu opinión en la caja de comentarios. ¡Te leemos!
(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images)
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