La llegada de Karnisovas como líder de la oficina provocará cambios profundos en la estructura de la franquicia de Illinois
En los Chicago Bulls lo único seguro en estos momentos es que quien manda en los despachos a partir de ahora es Arturas Karnisovas. El ejecutivo ha alcanzado un acuerdo con la franquicia de Illinois para liderar la reestructuración del equipo, la cual atañe en primer lugar al personal de la organización empezando por la elección del nuevo general manager, pero que igualmente podría alcanzar al vestuario con un cambio de entrenador.
No sería una sorpresa. Para un directivo que en última instancia será juzgado por los resultados en la cancha, heredar un técnico anterior nunca es sencillo, ya que si decide continuar con él lo terminar convirtiendo en una elección propia. En ese contexto, no son pocos los ejecutivos que al tomar los mandos de una franquicia optan por poner en tan importante cargo a alguien de su confianza. Y es justo esto lo que preocupa al actual head coach de los Bulls: Jim Boylen.
Boylen, quien llegó al cargo en diciembre de 2018 sustituyendo al despedido Fred Hoiberg, firmó una extensión por varios años en mayo de 2019, justo cuando los Bulls debían decidir si confiar en él o traer un nuevo técnico. Ahora, con una nueva gerencia, espera seguir en el puesto, o al menos que le permitan exponer su proyecto al nuevo jefe.
Según informa Jay Crowly de Chicago Sun-Times, Boylen aceptaría cualquier decisión de la organización en cuanto a reubicarlo en el organigrama del equipo, pero ello no esconde que espera seguir siendo el entrenador jefe de cara a la temporada venidera. En esta línea, su preocupación se centra en que Karnisovas esté ya determinando qué hacer con su puesto, ya que esto le dejaría sin la oportunidad de sentarse con sus jefes y discutir la situación del equipo con ellos antes de que elijan qué camino tomas.
¿Qué hará Chicago? Es imposible saberlo. Como comentábamos es probable que Karnisovas quiera un técnico puesto por él para romper por completo con el pasado; sin embargo, la actual situación de incertidumbre con la suspensión de la NBA a causa del coronavirus puede hacerle echar el freno. Claro que ese compás de espera podría hacerle perder a su principal objetivo. Entrenadores libres como Kenny Atkinson, despedido por Brooklyn Nets, ya ha sonado para varios banquillos.
(Fotografía de Jonathan Daniel/Getty Images)
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