El antiguo propietario de los Clippers dio orden a su equipo de facilitar al máximo las cosas al pívot de San Antonio
Donald Sterling pasó a la leyenda negra de los Clippers (1981 a 2014) como uno de los terratenientes más ineficaces no solo de la NBA, sino de todo el deporte mundial.
Publicaciones de prestigio como The New York Times o Forbes le señalaron, en su día, como el peor dueño de equipos en grandes ligas estadounidenses. Tenían todos los motivos del mundo para hacerlo, pues durante el período en el que Sterling regentó el despacho oval de los Clippers, el equipo angelino consiguió menos victorias que todos los conjuntos de las cuatro grandes ligas americanas (NBA, NFL, NHL y MLB).
Aquello fue un despropósito detrás de otro. Desde su llegada hasta el año 2006, los Clippers solo pudieron clasificarse para los playoffs en tres ocasiones (total de 24), todas ellas decapitadas en primera ronda.
No fue hasta 2012, en pleno final de su legislatura, cuando la franquicia comenzó a enderezar el rumbo gracias a las adquisiciones, sobre todo, de Blake Griffin y Chris Paul.
No le dio casi tiempo a disfrutar de los brotes verdes. Donald Sterling se vio forzado a vender los Clippers en el año 2014. No le quedó más remedio después de que en los medios se filtraran unos graves comentarios suyos de carácter racista, dirigidos a su entonces pareja. El episodio resultó todo un escándalo y puso fin a los calamitosos días de Sterling en la NBA. Steve Ballmer —que cerca estuvo de adquirir los Sonics años antes— compró la organización por unos 2.000 millones de dólares. Negocio obligado pero también rentable para Sterling, que había desembarcado en la franquicia, en 1981, a cambio de 12,5 millones.
En total, Sterling permaneció en la propiedad de la organización 33 años, únicamente habiendo conseguido armar una obra decente a partir del último bienio.
Bien, pues además de todo el pedigrí venenoso que el antiguo propietario resultó capaz de congregar, también podría existir una mancha extra que hasta la fecha había permanecido camuflada.
Dos jugadores de los Clippers de la temporada 1993-94, que obtuvieron un ruinoso récord de 27-55, desvelaron en el programa NBA Inside Stuff Reunion otra de las posibles fechorías.
Wilkins y Harper
Dominique Wilkins (ya veterano) y Ron Harper formaron parte de aquel conjunto, que aspiraba a replicar la clasificación para playoffs de las últimas dos campañas pero que descarriló a las primeras de cambio.
Bien, pues ambos jugadores comentaron que Sterling tuvo mucho que ver en la coronación de David Robinson como máximo anotador de la citada temporada.
Tocaba liquidar el último encuentro del curso, un trámite para los Clippers. Enfrente estaba San Antonio. El equipo de Los Angeles no se jugaba ya nada y entonces, el entrenador, trasladó a sus jugadores un mensaje que le había llegado directamente desde Sterling: tenían que dejar anotar a Robinson todo lo que quisiera.
El Almirante y Shaquille O’Neal peleaban entonces por el honor de inmortalizar su temporada liderando la anotación total de toda la Liga. El pívot de los Spurs, uno de los mejores grandes de la época, necesitaba apenas cinco tantos más que Shaq, que había dejado 32 en su último baile del curso.
David Robinson se fue hasta 71 en una de las actuaciones fetiche de todos los tiempos. Pero parece, según pudieron compartir Wilkins y Harper, que el mítico pívot de los Spurs recibió algo de ayuda por parte de los líneas de los Clippers.
“Él (entrenador) dijo: ‘mirad, chicos, para que lo sepáis todos, me han dicho que quite a los cinco de inicio después de los primeros cuatro minutos del primer cuarto’. Yo me preguntaba ‘por qué demonios’. Él dijo, ‘Sterling quiere que David Robinson se lleve el título de máximo anotador, quiere que se quede en el Oeste”, podía compartir Dominique Wilkins, quien por entonces contaba 34 años y resultó sexto máximo anotador de la temporada. “Lo juro”, añadía la leyenda de los Hawks.
La historia fue confirmada por Harper. “Me quité la equipación, me quité la venda del tobillo y me alejé de ese hijo de put*a. Lo que hicimos fue una vergüenza”.
Por qué lo hicieron
Robinson terminó como máximo conversor de la temporada (2.383 puntos en total) por delante de O’Neal, en una lista en la que los cinco primeros fueron pívots o ala-pívots —otros tiempos—.
Por el motivo que fuera, Sterling deseaba que el título de campeón anotador se quedase en el Oeste y así se lo hizo saber a su equipo, que tuvo que poner la alfombra roja para entregar el galardón al pívot de los Spurs.
Los 71 puntos de el Almirante resultan una marca que solo Wilt Chamberlain (cinco veces), Kobe Bryant, David Thompson y Elgin Baylor pudieron igualar o superar a lo largo de la historia de la NBA.
Por cierto, en aquella temporada, el equipo de Texas también albergó al máximo reboteador de la temporada. Fue Dennis Rodman (1.367) quien llegó a su cuarto galardón como líder en rebotes totales. En total, conseguiría cinco y siete —seguidas— teniendo en cuenta solo el promedio.
Esos Spurs todavía no habían recibido la bendición del número uno del draft de 1997, con Tim Duncan, pero aun así presentaban una pintura potente.
Qué pasaba en los Clippers
Desde luego, aquellos Clippers no poseían una mala plantilla. No eran, a priori, un mal equipo. A Harper o Wilkins se añadían otros jugadores experimentados como Mark Jackson, Danny Manning o Mark Aguirre. Sin embargo, no consiguieron salir de las catacumbas de la Conferencia Oeste.
“Decir que fue una decepción es quedarse muy corto. En ese equipo no había orgullo. Si después de un partido como ese los jugadores podían seguir mirándose al espejo y estar satisfechos, es que algo iba muy mal. No tengo nada contra Robinson, es un enorme jugador, pero le dejamos meter 71 puntos. Es algo ridículo, le ayudamos a meterlos. Nunca viví nada parecido en mi carrera”, añadía Wilkins, que en aquel curso promedió 29,1 tantos y fue el máximo anotador de los Clippers.
Los Clippers terminarían la temporada 1993-94 como el tercer peor equipo del Oeste y los Spurs caerían en primera ronda de playoffs (3-1 ante Utah). Era la primera campaña tras la primera retirada de Michael Jordan y los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon conseguirían el primero de sus dos títulos consecutivos.
Huellas ocultas de la decadente gestión que Donald Sterling legó en los Clippers. Una franquicia que, por suerte, ha hecho todo lo posible por olvidar su enfermo pasado.
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)
La entrada Donald Sterling y su ‘ayuda’ a David Robinson para anotar 71 puntos se publicó primero en nbamaniacs.
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