Mucho antes de que el tuit escrito por Daryl Morey en apoyo a los manifestantes de Hong Kong dinamitara la relación existente entre la NBA y China, la competición tuvo que enfrentar una serie de quejas por parte de sus propios empleados al respecto de la metodología seguida en algunas de las academias situadas en el país.
Después de una larga investigación, ESPN ha destapado un supuesto caso de violación de los Derechos Humanos en tres academias de la NBA en China. Según las fuentes, varios entrenadores comunicaron a la cúpula de la organización que sus socios asiáticos estaban abusando físicamente de los jugadores jóvenes y omitiendo la faceta educativa. Todo ello a pesar de que el comisionado Adam Silver había reiterado que la educación sería un pilar fundamental dentro del programa.
La NBA se encontró con innumerables problemas al abrir una de sus academias en Xinjiang, una región autónoma localizada en el oeste del gigante asiático. Los entrenadores estadounidenses fueron acosados y vigilados con frecuencia en el lugar. Según ESPN, uno de ellos fue detenido en hasta tres ocasiones sin causa y otros no pudieron obtener una vivienda debido a su condición de extranjeros.
Uno de estos entrenadores solicitó un traslado a otra academia después de ver a los entrenadores chinos golpear a los jugadores adolescentes. “Vi a un entrenador lanzar una pelota a la cara de un chico a quemarropa y después darle una patada en el estómago”, recoge una de las numerosas declaraciones publicadas por ESPN. Otro no renovó su contrato porque consideraba que la ausencia de educación era inaceptable. “No podía seguir apareciendo por allí todos los días, mirar a esos niños y saber que terminarían siendo taxistas”, afirmó.
Poco después de la apertura de estas academias, varios entrenadores se quejaron de estos abusos y la falta de escolarización ante Greg Stolt, vicepresidente de operaciones internacionales de la liga. No se sabe si este descontento fue transmitido a la sede de la NBA en Nueva York, pues esta declinó la participación de Stolt en la investigación.
Nada más destapar toda esta situación, ESPN se puso en contacto con Mark Tatum, subcomisionado y director de operación de la NBA, quien también está encargado de las operaciones internacionales de la liga. Tatum declaró que la NBA está “reevaluando y considerando otras oportunidades” para el programa académico de la liga, el cual opera desde instalaciones deportivas administradas por el gobierno chino. No fue hasta la semana pasada cuando la NBA admitió por primera vez haber cerrado la academia de Xinjiang. Cuando Tatum fue cuestionado al respecto se negó a reconocer si esto se había debido a posibles violaciones de los Derechos Humanos y alegó “muchos factores”. “No soy un experto en Derechos Humanos. Te diré lo que representa la NBA: los valores sobre respeto, inclusión y diversidad. Estamos avergonzados. Una de las lecciones que hemos aprendido aquí es que necesitamos tener una supervisión más directa y la capacidad de realizar cambios en el personal cuando sea necesario. Hicimos todo lo que pudimos dado el control que teníamos”, explicó el presidente de operaciones.
Durante la primavera de 2018, Estados Unidos comenzó a considerar la aplicación de sanciones contra China a causa de las violaciones contra los Derechos Humanos cometidos en el país, alimentando la cobertura por parte de los medios de comunicación. Unos meses después, Slate publicó un artículo bajo el titular “¿Por qué está la NBA en Xianjing? La liga administra un centro de entrenamiento en medio de una de las peores atrocidades humanitarias del mundo”. Posteriormente, la NBA recibiría críticas por parte de los líderes del Congreso, pero nunca abordó el asunto ni realizó ningún tipo de comunicado hasta la publicación de este reciente informe.
Nury Turkel, un activista estadounidense muy crítico con el gobierno acusó a la NBA de legitimar indirectamente “crímenes contra la humanidad”, mientras que un antiguo empleado de la organización en China tildó a la liga de “hipócrita” por haber permitido dichos episodios para, posteriormente, mostrarse muy activa en diversas causas como el Black History Month, el Black Lives Matter o el traslado de ciudad de All-Star Weekend de 2017 a consecuencia de una ley discriminatoria para el colectivo LGTBI.
En octubre de 2019, el tuit del general manager de los Rockets había llevado al gobierno chino a retirar la NBA de la televisión estatal, lo que se tradujo en unas pérdidas multimillonarias para la liga. Además, representantes de la cúpula gubernamental del país asiático exigieron el despido de Morey. Pese al gran malestar procedente de China, Adam Silver mostró su apoyo al ejecutivo aunque el foco del conflicto continúa activo. China Central TV declaró recientemente que todavía mantendrán su veto a la transmisión de los partidos pese a la inminente reanudación de la temporada, mientras que en el otro bando han planteado serias repercusiones en torno a los lazos comerciales de la liga con el país asiático.
El programa, lanzado en 2016, es parte de la ambiciosa estrategia de expansión de su marca y desarrollo de jugadores locales en un mercado cada vez más obsesionado con el baloncesto. De hecho, fuentes de ESPN afirman que el valor de la sede de la NBA en China asciende ya a los cinco mil millones de dólares. La mayoría de los ex-trabajadores entrevistados para la investigación lo hicieron bajo el anonimato porque temían dañar sus posibilidades de empleo en el futuro. A su vez, la NBA alentó a sus empleados a que evadieran el asunto. En uno de los correos electrónicos recibidos por uno de los antiguos entrenadores en Xinjiang se podía leer la oración: “por favor, no menciones que la NBA te ha aconsejado que no respondas.”
Jinming Zheng, un profesor asistente de gestión deportiva en la Universidad de Northumbria en Inglaterra ha escrito extensamente sobre el sistema deportivo chino. “La mayoría de nuestras anteriores generaciones dan por sentado el castigo corporal e incluso lo ven como una expresión de amor y cuidado, pero sé que podría ser criticado por personas que viven fuera de China”. En 2012, la NBA contrató a Bruce Palmer para trabajar como director técnico en una escuela privada en Dongguan, al sur de China, en un programa embrionario anterior a las NBA Academy de la actualidad. Palmer pasó allí cinco años y reconoció que tuvo que advertir repetidamente a los entrenadores locales que no golpearan, patearan o lanzaran pelotas a los jóvenes. “Golpear a los niños ha demostrado ser efectiva como herramienta de enseñanza”, le llegó a decir el director. “Si crees que golpear a un niño de 14 años va a ayudarle o a hacerle sentir mejor sáquelo de este campus porque aquí no. La NBA no lo va a permitir”, fue su respuesta.
El problema fue tan frecuente en este tipo de academias que los entrenadores solicitaron repetidamente a los funcionarios de la NBA en China, incluido a Stolt, instrucciones sobre cómo manejar estas situaciones de abuso físico. Después de presentar varios informes escritos, uno de los centros no volvió a reportar más episodios pero en el resto continuaron.
Cuando Adam Silver anunció la inauguración de estas academias en 2016 el objetivo principal de la liga era “encontrar a un nuevo Yao Ming”, actualmente embajador de la NBA en China. “Los mejores prospectos internacionales se beneficiarán de un enfoque completo para el desarrollo de jugadores que combinará el entrenamiento, la capacitación y la competencia de calidad NBA con el desarrollo académico y personal”, declaró el comisionado por aquel entonces.
Sin embargo, las grandes esperanzas y expectativas puestas por la NBA en esta empresa terminaron por naufragar y chocaron con un inamovible adversario: el gobierno chino. “El gran problema fue dejar la gestión de las instalaciones en sus manos”, resumió Tatum.
(Fotografía de portada de Billy H.C. Kwok/Getty Images)
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