Era su gran noche. Había soñado con ella desde bien pequeño, cuando a los 8 años aparcó la práctica del fútbol americano después de que su madre apareciese por casa con una nueva y flamante canasta de baloncesto. Desde entonces, nada había podido despegarle de aros y tableros. Once años después, ahí estaba, en el prestigioso Fizz Lounge del Caesar Palace Casino de Las Vegas. Había ido a la universidad allí, por ello se sentía como en casa; aunque fuera original de California.
Y en la que iba a su ser su velada idílica, recibió el mayor mazazo posible.
“Mamá, lo siento, soy un fracaso…”, dijo Chistian Wood después de que, con 20 años y tras dos temporadas en la Universidad de Nevada, ninguna franquicia de la NBA decidiera elegirle en el draft del año 2015.
Como tantos aspirantes antes que él, para hacerse hueco en la NBA Christian tuvo que abrirse paso a machetazos tras sufrir la humillación superlativa.
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