El sector hostelero respira tranquilo. Bradley Beal podrá seguir dejando su (generosa, confiemos) propina en los bares y restaurantes de la capital.
El tiempo jugaba en su contra; la narrativa no terminaba de acompañar, y ante el afloja constante del escolta (“Puede sonar divertido, pero no ha pensado realmente en ello”), la franquicia no cesaba de tirar (equipo, general manager, sección de tesorería… bajada de pantalones transversal).
Objetivo conseguido. Al 50%, al menos.
Los ‘5’ son los nuevos ‘2’
Hace unos tiempo, acuerdos así habrían sonado de lo más raro. Contracultura total. Ahora, sin embargo, es el pan de cada día y el buffet entero si preguntamos en Nueva (Knicks) York. Renovaciones a medio plazo.
En un mercado permanente al alza, una inflación inagotable, equipos que no escarmientan y un límite salarial que (ya más pausadamente y veremos tras lo de China) no deja de subir, los jugadores tratan de evitar contratos que los aten de pies y manos demasiado tiempo a casi cualquier ciudad. Esto les otorga una libertad tanto financiera como competitiva sin precedentes, y todo sin dejar de llenarse los bolsillos hasta los topes.
Los Wizards habrían estado encantados de firmar al escolta por cinco años, pero conscientes de la coyuntura (John Wall otro año out… salida de Otto Porter Jr. y perfil de contender claramente a la baja…) fueron cautos y pusieron sobre la mesa uno de tres: 111 millones de dólares por tres temporadas. 37 señores millones por curso natural a los que Beal respondió “no, pero…”
No pero estaré de acuerdo en firmar uno de dos, si el segundo me lo convertís en player option. Y así ha sido.
Adrian Wojnarowski, para ESPN, acaba de anunciar una de las renovaciones de mayor impacto económico de la liga a corto plazo, y que mientras por un lado permite a los Wizards respirar –por fin– algo más aliviados, deja a otro buen puñado de equipos que andaban al acecho con cara de desilusión.
Finalmente, pues, serán dos años a cambio de 72 millones (es decir, a razón de 36 de media la temporada). Este acuerdo, recordemos, no entra en vigor hasta la 2021-22, instante en el que finalice el actual (por el que cobra 27 y 28 millones durante los dos próximos años). Por lo tanto, en caso de ejercer su opción el shooting guard, que cumplió los 26 años hace cuatro meses, permanecería en Washington hasta el verano de 2023.
El goloso horizonte
Y no ejercerla –he aquí la otra gran parte del quid–, y tras haber estado ya diez años en la Liga, le permitirá ser ‘elegible’ para una nueva renovación descomunal. La más loca (hasta el momento) de la historia: 5 años por 266 millones de dólares (la calculadora dice que son 53,2 por temporada). De salir, lo máximo que podría sellar con alguno de los otros 29 equipos sería 4 años por 198 millones.
Status contractual
Este curso que está por empezar (¡una semana!), Beal será el 36º jugador mejor remunerado de la NBA. Cuando entre en juego su nuevo contrato –y sin contar otras renovaciones que estén por llegar–, pasará a ser el 17º, ya que en los detalles del contrato, actualizado rápidamente por Spotrac, vemos que es de tipo ascedente: el primer año serían 34,5M, mientras que el segundo (opcional), llegaría hasta los 37,26.
Es decir, no logra ingresar en el ‘Club de los 40’ al que en 2021 pertenecerán no menos de ocho jugadores (Curry, ¡Wall!, Harden, Paul, Westbrook, Lillard, LeBron y Durant), y se afianza en la escala de las superestrellas del segundo escalafón (Middleton, Harris, Irving… George y Leonard… escalafón clara y exclusivamente de tipo sólo económico).
(Fotografía de portada de Emilee Chinn/Getty Images)
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