Los Denver Nuggets continúan en línea ascendente. El cuadro de Malone se impuso a Phoenix por 116-104 y logró su quinto triunfo consecutivo, noveno en los últimos diez partidos, para mantenerse en la segunda plaza del Oeste con un balance de 12-3. Los Suns, por contra, encajaron su cuarta derrota en cinco encuentros, y tras un inicio fulgurante parecen haber bajado ligeramente ritmo, aunque continúan en una más que meritoria séptima plaza con un total de ocho victorias y sendas derrotas.
De forma similar a Milwaukee en el Este, parece que los constantes cambios que vive la Liga han dejado a los de Colorado en un segundo plano pese a estar manteniendo los grandes resultados que tanto llamaron la atención a todo el mundo hace un año. Esto no debería sorprender a nadie, al fin y al cabo la diferencia de expectativas de una temporada a otra era considerable, pero es sin duda digno de elogio que, en un Oeste más duro aún y con un Jokic algo más comedido, sean capaces de seguir siendo élite de la conferencia.
Anoche, el triunfo se cimentó en un sensacional último cuarto. El duelo se había mantenido parejo prácticamente desde el inicio, pero con la llegada de los instantes finales Denver desplegó su mejor versión y logró un parcial de 30-13 en 7 minutos que sepultó las opciones visitantes.
Antes, sin embargo, Will Barton se había encargado de meter mentalmente a lo suyos en el encuentro comandando un parcial de 10-2 que dio a los Nuggets su primera ventaja de la segunda parte. El alero anotó 12 de sus 22 puntos en el tercer cuarto, y marcó el primer punto de inflexión de un duelo que sus compañeros rematarían instantes después. De hecho, Plumlee reconoció al término del choque que “fue él quien se encargó de cambiar el partido”.
Fue también fundamental la figura de Paul Millsap, quien con 23 tantos fue el máximo anotador del encuentros. Jamal Murray, por su parte, se fue hasta los 22, mientras que Nikola Jokic, aunque se quedó en 8 tantos, logró capturar 13 rebotes y repartir 5 asistencias.
Demasiado lastrados
No fue un encuentro fácil para los Suns, que tuvieron que hacer frente a demasiadas complicaciones. Aron Baynes y Ricky Rubio volvieron a estar ausentes, sumándose a la sobradamente conocida baja de DeAndre Ayton, pero los de Arizona tuvieron que sobreponerse además a la peor versión de Devin Booker en lo que va de curso. El escolta, que no había bajado de los 18 puntos, no pudo pasar de los 12, en gran parte por su desacierto exterior (1/7 en triples) y sus cinco pérdidas, lo que dejó a los suyos sin una de sus fuentes de anotación más fiables.
Con todo, otros hombres dieron un notable paso adelante, y permitieron al cuadro de Monty Williams competir de principio a fin. Por ejemplo, Cheick Diallo estableció el mejor registro de su carrera anotando 22 tantos, mientras que Dario Saric firmó también un récord personal, en su caso de rebotes, al capturar 17. El croata anotó además 18 puntos, redondeando así una noche fantástica en lo personal que, sin embargo, no pudo culminar con un éxito colectivo.
(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)
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