El partido estaba hecho. Moría el último cuarto y las estrellas, LeBron James y Anthony Davis, disfrutaban placenteramente del desenlace desde el banquillo. Los Lakers estaban dando buena cuenta de los Jazz y además lo hacían en feudo ajeno.
En esas que Kyle Kuzma, contrario a la intensidad que se podía esperar ante un triunfo asegurado y las pulsaciones a ochenta, lo dio todo en defensa y puso un par de estupendos tapones a Tony Bradley… y LeBron, ante tal derroche, enloqueció.
Tras el primer tapón, el rey ya estaba invadiendo la pista (algo antirreglamentario, de ponerse quisquillosos los árbitros), pero tras el segundo y conforme los angelinos lanzaban el contraataque, LeBron gozaba como un niño pequeño, saltando y azuzando con la toalla, todo esto dentro del parquet… y además sin zapatillas. Andaba el alero descalzo.
Todo esto no gustó nada a los comentaristas del partido por el bando local, quienes inmediatamente calificaron la acción del jugador como “irrespetuosa”, haciendo hincapié en que encima estuviese sin zapatillas.
Si alguno pensáis que andaba así para que sus pies respiraran y los dedos se estiraran tras el esfuerzo del partido, nada más lejos. Apenas unos minutos antes, LeBron había tenido el bello detalle de regalar sus dos zapas (una a cada uno) a dos pequeños aficionados de los Jazz, que no podían correr más felices de vuelta a la grada al encuentro de sus padres.
Pero más allá del gesto, James ha querido responder hoy a la opinión de los narradores, en un meditado post de su perfil de Instagram.
Para lo bueno y lo malo: LeBron
“Imaginaos haciendo vuestro trabajo al más alto nivel cuando no tienes porqué, entregándole tus zapatilla a una niña y un niño pequeños a quienes inspiras y esperas hayan disfrutado contigo esa noche, y luego animando a tus compañeros de equipo porque te encanta verlos triunfar más que a ti mismo, solo para ser criticado mientras lo haces. Gente, es el mundo en el que vivimos y no puedes permitir que te detenga de tu propósito en la vida. La negatividad, la mala energía, el odio, la envidia, etc. intentarán derribarte durante el trayecto, y depende de ti cómo afrontarlo. ¡Lo afronto simplemente diciendo “gracias” con un sonrisa en la cara, y sigo avanzando mientras lo hago! VIVE. RÍE AMA.”
Ni a LeBron ni a los locutores de los Jazz les falta parte de razón ni ninguno acierta (ni se equivoca) del todo en sus declaraciones y exigencias. La línea entre la celebración propia y el respeto al rival es fina en el deporte, especialmente cuando los partidos están finiquitados y la distancia en el luminoso es insalvable… ahí, King, hay que andar (o saltar) con pies de plomo. Más si lo haces descalzo.
(Fotografía de portada de Matthew Stockman/Getty Images)
La entrada LeBron responde a la ‘acusación’ de los locutores de Utah se publicó primero en nbamaniacs.
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