Pocas personas en la actual NBA pueden presumir de haber tenido una amistad más estrecha con Kobe Bryant que Rob Pelinka. El ahora vicepresidente de operaciones de los Lakers fue agente del escolta, lo que les llevó a tener una relación muy cercana hasta el punto de que este le nombrase padrino de su hija Gianna, por lo que no es de extrañar que haya necesitado varios días para emitir su primera declaración con respecto a la pérdida de ambos. Esta versa lo siguiente:
El domingo, perdí a mi mejor amigo y a mi querida ahijada. Ha sido como si me arrancasen un pedazo de mi alma.
Kobe era una fuerza de la naturaleza obsesionada con la excelencia. Era inteligente, decidido y apasionado. Un visionario sin parangón. Un marido dedicado y cariñoso y un padre único. Cuando entraba en una habitación, la llenaba con su energía, que era de alto voltaje y con un motor sin límites. Su mente tenía una capacidad de aprendizaje infinita. Todo esto hacía de él el deportista con más capacidad de inspiración de nuestra era, pero lo que el mundo quizás no sepa es que es que era también el mejor amigo que cualquiera podría imaginar.
Gianna era la alegría en estado puro. Su sonrisa aportaba tranquilidad con solo mirarla. Era brillante, amable y, al igual que su padre, era invadida por una naturaleza completamente diferente cada vez que pisaba una cancha de baloncesto. El baloncesto era su destino, y el mundo lo sabía. Era también una hermana extraordinaria, leal y solidaria, y era una gran amiga de mis hijos. Siempre que estaban con ella volvían sintiéndose mejor. Estoy muy orgulloso de todo lo que Gigi representaba.
Maya Angelou escribió una vez que “cuando los árboles caen, los leones se refugian en la hierba alta”.
Lo que he aprendido cada día desde la trágica pérdida de estas nueve almas, es que la vida aquí ya nunca será la misma. Para cualquiera que los conociese, ahora solo queda un vacío irremplazable.
Pero también he descubierto que hay esperanza. A partir de ahora, cada nuevo paso estará lleno de amor y buenos deseos, y lo que ahora es una profunda pena para Vanessa, Natalia, Bianka, Capri y el resto de familias involucradas irá lentamente sanando y convirtiéndose en algo nuevo. Me estoy dando cuenta de que nada puede quitarnos el amor y la inspiración que hemos recibido de Kobe y Gianna. Nada en absoluto.
Lo ocurrido el domingo no es el final, sino un nuevo comienzo. La influencia de Kobe y Gigi sigue viva, y ganará más peso mientras quienes les conocimos no olvidemos su legado. Mientras nos encargamos de ello, podemos estar seguros de una cosa: Kobe y Gigi seguirán, ahora y siempre, jugando a baloncesto allá donde estén.
Por su parte, los Lakers emitieron ayer su propio comunicado en honor a ambos. Esta noche, los angelinos disputarán su primer partido desde la tragedia, en el que cabe esperar que tenga lugar un último homenaje hacia una de las mayores leyendas de la NBA.
(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)
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