Resta poco más de un mes para que el balón vuelva a botar en la NBA y uno de los mayores atractivos de la reanudación de la temporada será la de disfrutar de una de las grandes sensaciones de los últimos tiempos. Tanto Zion Williamson como la NBA están listos para el espectáculo.
Mientras que gran parte de los jugadores han regresado a los entrenamientos individuales en las instalaciones propias de la franquicia esta semana, el rookie de los Pelicans ha hecho de ellas su segundo hogar durante los últimos meses. Zion ha sido uno de los pocos jugadores a los que la NBA les otorgó una excepción para que pudieran entrenar durante la suspensión con el objetivo de completar su rehabilitación y evitar futuros contratiempos. “Zion ha sido muy diligente para cuidar de sí mismo”, afirmó David Griffin, vicepresidente de operaciones de baloncesto de los Pelicans. “Está en un buen aspecto físico y mental.” Otra fuente del equipo fue un paso más allá: “Va a sorprender a muchos.”
La oportunidad que ha tenido Williamson para entrenar y mantenerse en forma supone un plus importante para su equipo, el cual luchará por escalar hasta la octava posición y sellar su participación en los playoffs una vez se reanude el curso el próximo 30 de julio en Disney World. Pero no solo eso. Un Zion Williamson sano y capaz de rendir sin limitaciones también supone una gran victoria para la NBA. Su presencia durante, como mínimo, los ocho partidos restantes de regular season repercutirá positivamente en las arcas de la competición.
“No importa el momento en el que juegue. Puedes poner un partido un martes por la noche que sabes que la gente lo verá”, declaró un ejecutivo anónimo de la Conferencia Oeste sobre el impacto que tendrá el número uno del último draft en la burbuja. De hecho, se espera que varios encuentros de los Pelicans sean programados y televisados en la franja horaria de mayor audiencia televisiva. “Es obvio que habrá mucha gente interesada solo para verlo a él”, afirmó otro directivo anónimo. “Solo recuerda toda la gente que estaba presente para verlo jugar en la Summer League.”
Desde el primer momento, la NBA apostó incondicionalmente por Williamson y los resultados respaldaron esta decisión. La respuesta por parte de las cadenas de televisión fue inmediata: se acordó que hasta 30 partidos de los Pelicans se retransmitieran a nivel nacional y que algunos coincidieran con fechas del calendario tan importantes como la noche de apertura, Halloween, la víspera de Acción de Gracias, el Día de Navidad y el Día de Martin Luther King. Sin embargo, la operación para reparar el menisco de su rodilla derecha echó al traste su inicio de la temporada y doce de estas retransmisiones quedaron huérfanas. Una vez que pudo debutar, demostró que la espera había merecido la pena.
Casi dos millones y medio de espectadores siguieron su estreno el 22 de enero contra San Antonio Spurs. Nueve de los 19 partidos que disputo fueron televisados a nivel nacional con un incremento en la audiencia del 30% respecto a la media del global de la temporada. Hoy en día, pocos jugadores (y ningún novato) puede presumir de una popularidad y una relevancia tan considerable dentro del entorno de la NBA. La burbuja de Orlando podría, incluso, incrementarlo.
Si Nueva Orleans es capaz de abrirse paso desde el décimo puesto de la Conferencia Oeste y conseguir la clasificación para la post-temporada, la primera ronda de los playoffs dispararía la audiencia y el seguimiento a niveles insospechados. Un hipotético duelo entre Lakers y Pelicans, entre LeBron James y Zion Williamson, pasado, presente y futuro de la NBA, ayudaría a regenerar la preocupante situación en la que se ha sumido la competición por el COVID-19. Las dos veces en las que LeBron y Zion se enfrentaron este curso, el 27 de febrero y el 1 de marzo, más de dos millones de espectadores lo siguieron desde el televisor de sus hogares.
“Williamson es un tipo que atrae la atención. A la NBA le encantaría tener un Michael Jordan como el que se enfrentó ante los Celtics en primera ronda en 1986”, sugirió un ejecutivo de la Conferencia Este. “Si pudieran crear su mundo ideal, este enfrentamiento estaría en él.”
Paciencia en su recuperación
Los Pelicans simplemente han perseguido el objetivo que establecieron antes del inicio de la temporada: no forzar el regreso de Zion Williamson y, a su vez, luchar por un puesto en los playoffs.
Esta flexibilidad ha resultado ser la clave del buen momento que atravesaba el equipo antes de la paralización de la competición. Los primeros plazos establecían que el regreso del ex de Duke no debía prolongarse más allá de las ocho semanas, unas expectativas que no se cumplirían. Finalmente, el jugador precisó de trece semanas para acondicionar su cuerpo y preparar sus casi 130 kilos para el ritmo de la liga.
Es precisamente eso, su peso y el inminente riesgo de lesiones, lo que ha mantenido en vilo en todo momento a su cuerpo técnico, aunque fuentes del equipo sugieren que “están contentos por cómo se encuentra físicamente” y “que no esperan que acuda a los entrenamientos con sobrepreso.”
El staff ha sido especialmente cuidadoso a lo largo de todos estos meses y han mantenido un planning de entrenamiento especial que hace un especial hincapié en su resistencia y su lenguaje corporal. Según fuentes de ESPN, Zion también ha realizado un trabajo adicional en relación con la técnica individual y los fundamentos del baloncesto durante el paréntesis competitivo.
Ahora que está sano y con varias semanas más por delante para entrenar junto a sus compañeros, el candidato al Rookie del Año tendrá la oportunidad de desplegar todo su potencial en un escenario inmejorable. Algo que agradecerá el propio jugador, su equipo, la NBA y todos los aficionados a la liga.
(Fotografía de portada de Jonathan Bachman/Getty Images)
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